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LA MACROECONOMÍA DEL POPULISMO

El populismo con dolarización deriva en un modelo con tendencia a la depresión económica y sin dolarización en estados fallidos con presencia simultánea de hiperinflación con depresión económica

13 de agosto de 2018
El populismo necesita para perpetuarse en el poder de las dádivas y de los recursos que mediante la extorsión social y el sometimiento de la gente a través de la miseria le procure una masa crítica de apoyo irresoluto de un mínimo del 8 % a un máximo del 20 % del electorado.


El sostenimiento del populismo exige financiar la voracidad fiscal para la compra de adhesión popular incondicional. 

Populismo con dolarización

En países en esta situación, en tanto exista una renta derivada del petróleo o de recursos naturales, el populismo marcha sin mayores problemas. Si los aportes de renta de recursos naturales fallan la asfixia regulatoria crea un aliciente para el uso de la presión tributaria, de deuda interna y externa para suplir los recursos fiscales necesarios para sostener la demagogia, no habrá inflación, pero la reasignación de recursos desde los sectores transables productivos del país (que deben pagar más impuestos o prefieren prestarle al gobierno) para el financiamiento improductivo del gasto fiscal crea una condición de depresión económica. El problema del populismo se expresa en deflación, es decir, en sucesivas caídas del nivel general de precios de manera consecutiva y en desempleo, al final desemboca en depresión económica.  

Populismo sin dolarización

En países en esta situación, en tanto exista una renta derivada del petróleo o de recursos naturales el populismo marcha sin mayores problemas. Si los aportes de renta de recursos naturales fallan, la asfixia regulatoria crea un aliciente para el uso combinado de la emisión irresponsable de dinero, de la presión tributaria, de deuda interna y externa para suplir los recursos fiscales necesarios para sostener la demagogia, a la larga se agotarán las fuentes de financiamiento derivadas de los tributos y de la deuda, en ese momento la hiperinflación y la depresión económica simultanea se hacen presentes con riesgo mayor de involución hacia un estado fallido o delincuente.

Conclusiones

Reiteramos, los expertos en macroeconomía keynesiana cometen un error al designar al déficit fiscal como el inductor de la inflación, pues no, en la cadena secuencial solo es posible el déficit si se hace presente la emisión irresponsable de dinero.

Y más allá de las presunciones de los expertos en macroeconomía monetarista el problema tampoco lo resuelve la supresión de la emisión de dinero si no se libera a la economía de la asfixia regulatoria.

Desde el punto de vista microeconómico hay que someter al poder discrecional del estado, a la existencia de asimetrías de información y a todo incentivo perverso que permita la extracción de rentas en favor del gobierno y sus aliados y en contra del resto de la gente.
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Autor

FRANCISCO J CONTRERAS M

Consultor en Prospectiva y Previsión Empresarial Análisis de Entorno Control de Gestión Finanzas Pensamiento Estratégico Prospectiva y Previsión